AÑO NUEVO, VIDA NUEVA...

Pues señor: henos aquí en el día del Señor de 2 de enero del V Año Triunfal de Mariano Rajoy esperando que el refrán lleve, por una vez, razón. "Año nuevo, vida nueva"... ¿Pará quiénes? ¿Para los pensionistas que esperamos ver "la luz al final del túnel" que nos llevan prometiendo desde el año 2012? ¿Para los parados de larga duración que ya no cobran la prestación social a la que tienen derecho tras haber cotizado durante años? ¿Para los niños que tienen que llevar de casa el papel higiénico -y esto es cierto- porque los recortes están dejando la enseñanza "en puriritos cueros", como decía Mario Moreno ´Cantinflas´? ¿Para los miles de ciudadanos que tenemos que "pasar por el aro" de que a pesar de que la Constitución Española de 1978 reconoce la aconfesionalidad del Estado -Artículo 16.3- debemos callarnos por miedo a un "correctivo" judicial?

Algo no funciona, y si lo hace es siempre a favor de los que ostentan el Poder en cualquiera de sus variantes. Que tras 41 años de ¿democracia? se sigan celebrando misas y homenajes al dictador es algo que no creo que entiendan en esa Europa que está tras los Pirineos; que "los de siempre" -Infanta incluída- se lo estén "llevando muerto" por muy "presuntos" que sean, y que "la Justicia es igual para todos" -según don Juan Carlos I de Borbón- se haya demostrado que es más falso que un euro de plomo con la efigie de don Froilán, nos hace temer  que la única "luz" que veremos será la brilante que cuentan los que volvieron de la muerte. ¿Año nuevo, vida nueva? No sé yo...

Vale.