...Y VA DE CONSPIRACIONES.

El fiscal acusa al juez Castro de urdir una teoría conspiratoria contra la infanta. público.es 15/01/2014.

¿Estados Unidos? No: España. En el universo cinematográfico estadounidense es rara la película -o el film, como ustedes quieran- que no se desarrolla en torno a una conspiración, ya sea para cargarse al Presidente, desfenestrar a la CIA o ambas cosas a la vez. En la España "democrática" (como antes con la dictadura) todo tiende a verse a través del prisma conspiranoico, desde la célebre "conjura judeo-masónico-marxista" que se inventó el dictador hasta la imputación de la Infanta, pasando por el atentado del 11-M y los intentos de la ciudadanía de reclamar sus derechos.

"El fiscal acusa al juez Castro de urdir una teoría conspiratoria..."; asombroso. Cuando un juez -que se supone debe ser "independiente"- decide imputar (que no encausar) a alguien "de arriba" se encuentra con que su carrera corre el peligro de terminar en la cuneta pese a que "la Justicia es igual para todos" -Su Majestad "dixit"-. En vez de prestarse a declarar voluntariamente, con lo que las posibles dudas podrían ser aclaradas, prefieren "enrocarse" en sus privilegios, facilitando así que se produzca el llamado "efecto Streisand", por el cual, algo que se preferiría que siguiese su camino normal, se convierte en objeto de especulaciones e incluso de sospechas. "Cuando no quiere declarar, por algo será" es lo mínimo que se suele oír; ¿es eso preferible a que de una vez haya "luz y taquígrafos" y las posibles dudas queden aclaradas? Por lo visto, no.

Según el Artículo 56, apartado 3, de la -por ahora- vigente Constitución Española, "La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad...". ¿Alcanza el mismo privilegio a los miembros de la Familia Real? ¿Pueden una Infanta, el hijo de una de ellas, o cualquier otro miembro acogerse a lo que sólo debería ser privilegio real, según la Constitución? ¿Podemos los españoles, de una vez, perder la sensación de que "Allá van leyes do quieren reyes"?

A este paso, cuando llegue la hora de tomar declaración a los mil y un imputados -que no acusados- que hay pendientes, la mayoría de "irregularidades" (?) habrá prescrito y nadie, absolutamente, volverá a creer en la independencia de la Justicia. Vale.

                      Juan J. Ramos