LA IGLESIA Y SU "SELECCION NATUTRAL"

"El cura que vio en el cáncer de Zerolo un castigo divino carga contra Cáritas por ayudar a subsaharianos". elplural.com 13/01/2014.

Que la Iglesia católica no quiere desligarse de Papá Estado es algo que sabemos desde que el primer Emperador la "legalizó"; que sigue con sus "tics" ultras es algo que ya no nos espanta; pero que un sacerdote, por mucha libertad de expresión que haya, arremeta contra un ser humano por no pertenecer a su "grey" y, además, tener una orientación sexual que le viene dada desde el momento de su concepción, es algo que ya clama al cielo.

Se ufana además dicho sacerdote de ser "amigo" (?) del ex Teniente Coronel Antonio Tejero  y contar con la confianza plena de Su Eminencia el Cardenal Don Antonio María Rouco Varela. Flaco favor le hace al hasta ahora Presidente de la Conferencia Episcopal Española. En unos momentos en los que la Iglesia, guiada por Su Santidad el Papa Francisco I, parece querer retomar el camino de la independencia, la caridad y la fidelidad a la Doctrina de Cristo, no es de recibo que desde las "altas esferas" se apoye, implícita o explícitamente, este tipo de comportamientos. Si una comuniadad -en este caso la Iglesia- pide respeto lo menos que puede hacer es hacerse "respetable", y no creo que ese sea el camino.

Afortunadamente, los tiempos del anatema van quedando atrás, aunque facciones  (cada vez más numerosas) no quieran reconocerlo. La Iglesia, que tanto apoyó y bendijo el Alzamiento -para ella "Cruzada de Liberación"- y la consiguiente represión, debe poner al día su calendario; no es de recibo que se beatifique a unas personas asesinadas en unos momentos en los que primaba era la "defensa propia" y obviar, por "rojos", a las casi 150.000 víctimas, la mayoría inocentes (y sin juicio previo), que fueron asesinadas en cunetas y paredones eso sí: con la bendición del sacerdote correspondiente. ¿Se puede matar al cuerpo salvando el alma, que es lo que, a la postre, importa? 

Si "su" Dios, en su Infinita Misericordia, nos hizo "a su imagen y semejanza", ¿por qué "su" Iglesia no admite el "hecho diferencial" de que el hombre no es totalmente libre, que depende de su propia naturaleza? Si una persona nace rubia, sorda, baja, muda, ¿hay que apartarla del resto de los ciudadanos? ¿No habrá, entonces, que ofrecerle comprensión y ayuda en lugar de condenarla por "antinatural"?

De todos los pecados que ha cometido, comete y cometerá la Santa Madre Iglesia, en cuanto que está formada por humanos, con sus "luces" y sus "sombras", la soberbia es el único que "su" Dios, probablemente, no le podrá perdonar. Va siendo hora de que se someta a un "aggiornamento" y, siguiendo las directrices del papa Francisco, poner el reloj "en hora"; estamos en el siglo XXI después de Cristo, no lo olviden.

                                            Juan José Ramos López