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Y LA IGLESIA CALLA Y OTORGA...

Y LA IGLESIA CALLA Y OTORGA...

Rouco Varela no rechaza que los ultras acudan a la beatificación de 522 mártires tras manifestarse en Barcelona contra los “perros catalufos”. el plural.com 07/10/2013

Ya estaban tardando; la Iglesia, cuya comunión con la ultraderecha es cada día más patente, bendice una manifestación de antidemócratas con motivo de la beatificación de más de 500 mártires de la fe y caídos por Dios y por España (?) aún a sabiendas el riesgo de violencia generalizada que ello puede desatar. No se trata de ejercer libremente el derecho a la libre expresión política y religiosa, sino de una bomba en plena línea de flotación de una Constitución cada día más vacía de contenido.

Por si no fuese bastante, diversos militares y personas de orden (demócratas de todo la vida) claman por una intervención militar para procurar que España no se rompa, sin tener en cuenta -o sí- que ello podría desembocar en un nuevo baño de sangre donde los mártires no iban a ser precisamente ellos. Y lo más preocupante es que al parecer ni el Gobierno ni ninguna otra Alta Instancia parece darle importancia, como si sólo fuese un desahogo más o menos infantiloide.

Como no podía ser menos, hay quien pide a la Legión, siempre de guardia, que tome en sus manos el devolver al país las esencias patrias que rojos, masones y judíos le están quitando para, según ellos, erradicar a la Iglesia, la Monarquía y hasta el derecho a desayunar café en la Plaza Mayor de Madrid.

La Conferencia Episcopal Española, presidida por Su Eminencia el Cardenal Rouco Varela, y a pesar del tiempo transcurrido desde la reconciliación (?), trata, por todos los medios, de torpedear lo que hace más de treinta años se está intentando con más o menos buena fe: que los españoles podamos ser dueños de nuestras vidas y haciendas sin tener ningún poder fáctico que nos coaccione, como ha venido sucediendo hasta ahora. Que esta España, tan querida (al parecer) por ellos, no vuelva a desangrarse en aras de las ambiciones más o menos personales y religiosas de unos pocos. Que la llamada Democracia sea por fin una realidad donde cada ciudadano -que no vasallo- tenga su lugar al sol y donde ni tirios ni troyanos impongan una vez más su voluntad. En el resto del mundo civilizado se nos mira con curiosidad y no podemos dejar de pensar en el cuadro del gran Goya donde unos paisanos, enterrados hasta la rodilla, se lían a garrotazos.

Alemania e Italia dejaron atrás su pasado autoritario hace muchos años; ¿por qué en España, la patria de Caín, no podemos hacer lo mismo? ¿Sigue siendo necesario que el franco-fascismo continue impune a pesar de todo lo que se dice en nuestra flamante Constitución (papel mojado) sobre la soberanía popular?

Y lo peor del caso es que desde arriba se autorizan actos como el que está convocado con motivo de la Fiesta Nacional -¿o debería ser con Z?- y que no puede tener otro desenlace que el aumento del racismo, la violencia y la impunidad de unos pocos, afectos, eso sí, al Régimen.

Ni un solo militar anticonstitucional más; ni un solo grupo parafascista ni policía más o menos obediente sembrando la violencia; si la Justicia es igual para todos los españoles (don Juan Carlos "dixit") que sea verdad. Nada de paños calientes ni componendas, o eso esperamos.

                                Juan J. Ramos López

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