LA ELEGANCIA SOCIAL DEL REGALO

He leído esta mañana en un diario (al que no hay por qué hacerle publicidad gratuíta) que la Alcaldesa electa de Alicante admite que "es normal que se intercambien regalos en Navidad..." o alguna estupidez como esa.

Estamos más que hartos de que un Presidente de una Comunidad Autónoma reciba trajes (y no de C&A, precisamente), de que una Alcaldesa en activo reciba bolsos "de cierta marca", y no precisamente de su entorno familiar, etc. Anteayer ví con verdadera vergüenza ajena cómo varios "presuntos" de la trama Gürtel tomaban posesión de sus escaños en el Parlamento Valenciano y después, haciendo gala de "austeridad", se daban un ágape de ¡18.000 euros! mientras la policía (estamos pendientes de la auténtica "versión oficial") cargaba contra unos concentrados ante el citado Parlamento y hubo nada más y nada menos que 18 heridos -según "fuentes autorizadas", 8 de ellos policías.

La verdad es que el país está verdaderamente harto ( salvo los "beneficiarios", claro) de tanta corrupción e inepitud por parte del Gobierno y de la Muy Desleal Oposición. Esperemos -"Vivo sin vivir en mí..."- que cuando el señor Rajoy tome posesión de la poltrona de La Moncloa tenga verdaderamente unos planes austeros (para "todos") y eficaces para sacarnos del lodazal en el que nos encontramos. De seguir así la cosa habrá más "presuntos corruptos" que trabajadores, a los que habrá que ir a ver, con el tiempo, a los museos, como "especie rara".

Volviendo al tema de los regalos, del que me he apartado, es normal que en ciertas fechas -como Navidad o cumpleaños- los amigos o familiares se hagan regalos, pero... ¿unos políticos recibiendo regalos de alguien que no es de su entorno? No sé, no sé...

SCARPIA