DE LA RELIGION AL FOLCLORE

¡Cómo cambian los tiempos a pesar de Herr Ratzinger y Su Eminencia el Cardenal Rouco Varela! Me acuerdo de cuando era niño, allá por el Pleistoceno, y el Jueves Santo era un día de verdadera exaltación religiosa hacia el Santísimo Cristo de la Buena Muerte. En aquellos albores de mis primeras experiencias samanasanteras se me ponían los vellos de punta cuando veía a los "hombres de trono" (verdaderos hombres bragaos, no lo que ahora hay debajo de los varales) llevando al paso con toda dignidad a "su" Cristo, por mucho que la mesa del trono fuese de madera y pesase un quintal.

Hoy, desgraciadamente, no sólo llevan el trono (que ya pesa mucho menos) cuatro hermanos y adjuntados por tal de "fardar" con las novias y los amigos sino que la propia presencia de la Legión se ha vuelto todo un espectáculo, al cual le prestan los "fieles" más atención que al Cristo en sí.

Cada año es mucho más difícil acercarse a la iglesia de Santo Domingo a ver la Guardia de los legionarios porque es tal la cantidad de gente que se agolpa en la puerta (que ni ve ni deja ver) que no sé cómo la Cofradía no ha pensado ya en cobrar entradas para ver el espectáculo religios-folclórico; hasta los un día famosos en Hollywood y que pasan por "la cruz de ver las procesiones en un balcón del Hotel Larios, al lado de la Tribuna de los Ricos" se meten en el fregao, por ser quienes son, y miran sonrientes a la cámara para que se vea bien que han estado en el Traslado, junto a los "caballeros legionarios", hombro con hombro.

Como tradiciones tan arraigadas como ésta se terminen convirtiendo en un espectáculo folclórico, donde nada más que falte la Pantoja cantando saetas. la Semana Santa de Málaga estará irremisiblemente perdida. Ya no se podrá hablar del "fervor popular" sino de la "masiva asistencia de público" como si ésto fuese la "alfombra roja" del festival de cine.

 

                               SCARPIA