¡QUE SE TE VÉ EL PLUMERO, ZAPATERO!

Acabo de ver un vídeo donde el Sr. Presidente del Jodierno contesta a unas manifestaciones que, al parecer, hizo el Sr. Rajoy diciendo que "no había estado a la altura de las circunstancias al no acudir a los actos en loor de Herr Ratzinger"; no tiene otra cosa que decir, y cito literalmente, "que si el Sr. Rajoy quiere que haga las leyes que quiere el Papa" (sic), a lo que habría que responderle que dos veces que se ha entrevistado con él, una en Roma y otra en Barcelona -creo- ha aplazado "sine data" la tan cacareada Ley de Libertad Religiosa, quizá esperando a que el PP gane las Generales en 2012 para pasarle la "patata caliente" o sabiendo que la citada Ley dormirá el sueño de los justos, "per omnia saecula saeculorum".

Esto ya es de sainete: desde el año 1978 del pasado siglo tenemos una Constitución donde se dice que España es un Estado aconfesional, y todavía no ha habido.............. "bemoles" de promulgar una Ley al respecto, dejando que la "Santa" Madre continúe teniendo "la sartén por el mango", ingiriéndose descaradamente en la labor legislativa. Si el Estado es aconfesional, no puede decir lo que es pecado; si la Iglesia no es el Poder Legislativo, no puede decir lo que es delito, como en el caso del aborto.

En las actuales circunstancias creo que es más criminal traer un hijo al mundo -al menos que se sea millonario- que abortar; no se puede comparar una vida humana con la de un embrión. Además, ellos que son defensores a ultranza de la vida, ¿por qué no le exigieron a Franco que perdonara a los vencidos, la inmensa mayoría civiles inocentes, en vez de bendecir la Cruzada de Liberación y permitir que los asesinaran impunemente?

Sobre ésto si que debería pronunciarse Herr Ratzinger, en vez de ponernos poco más o menos como unos bárbaros por no pensar como él. El pensamiento único jamás se podrá imponer, porque, como dijo Unamuno, "vencereis pero no convencereis". Exteriormente se nos podrá obligar (con el tiempo lo veremos) a ir a misa y cumplir con los preceptos de la Iglesia, pero no podrán conseguir que pensemos como ellos quieren, y el ejemplo lo tienen en sus mártires.

 

                                               SCARPIA