INCONCEBIBLE

Esta mañana he pasado por la calle Eugenio Gross, de Málaga, y he podido ver cómo, a las puertas de una sucursal del BBVA que está de reformas, habían arrojado unos yogurts y unos plátanos; me he puesto a pensar -aunque para algunos sea "peligroso"- en lo insolidario que hay que ser para llevar a cabo tal acción, habiendo personas que carecen de lo mínimo para subsistir.

También puede ser un caso más de la "picaresca" de los que van pidiendo dinero y si les das alimentos los tiran porque lo que quieren es el efectivo; prefiero no pensar para qué. A mí, y no es por colgarme medallas, ya me han sucedido tres casos de éstos, pero sigo sin escarmentar; si alguien me pide dinero para comer no me importa, aunque soy pensionista, pagarle un bocadillo y un café, pero siempre que lo consuman en mi presencia pues como digo, ya he caído tres veces en la trampa de pagarles una merienda a tres personas -por no decir individuos- y encontrarme el bocadillo entero tirado en la puerta de la cafetería.

No sé si estos "mendigos profesionales" se darán cuenta del daño que hacen pues, a base de escarmentar, ya nadie suelta un euro, por muy necesitada que vea a la persona; algunas veces tengo que negar un óbolo en plena calle, incluso con remordimientos, porque no sé si me van a timar o no, creándome "mala conciencia" para el resto del día.

A veces pienso en hacerme socio de alguna entidad sin ánimo de lucro, como Cáritas, por ejemplo, pero cobro 587 euros de pensión, pago 507 de alquiler y si no fuese porque mi hermana y mi cuñado me ayudan económicamente, quizá me vería en la misma situación ante la indiferencia de la gente, que ya está más que escarmentada.

Aunque parezca egoísta, la caridad bien entendida empieza por uno mismo; si yo tengo para tres platos de comida no me importa compartir uno o dos, pero lo que no puedo es ir con una bolsa de moneda fraccionaria para ir socorriendo a todo el que me pide, en parte por imposibilidad económica y en parte por temor a ser engañado nuevamente.

                                                            SCARPIA