NO TODOS SOMOS OVEJAS

Acaba de aparecer un nuevo caso de pederastia, si bien éste ha sido confesado y no "tapado" por las autoridades eclesiásticas; ¿seguir criticando la postura del Vaticano ante estos reprobables hechos es "laicismo radical"? ¿No es más radical usar la época navideña para colocar en las paredes propaganda religiosa sobre el aborto con la excusa del nacimiento de Jesús de Nazaret?

Lo malo que tiene la Iglesia Católica es que cuando no tiene de qué hablar o se entromete en los asuntos de Estado -"mi reino no es de este mundo"- o vuelve siempre sobre lo ya trillado, como es el caso del aborto. El día que yo vea al Gobierno de una nación "aconfesional" (que no "laica") como la nuestra legislar sobre lo que es o no pecado, le daré la razón a la Curia Romana para que ella legisle sobre lo que es o no delito.

¿Es que piensan estos "santos varones" -con todas mis reservas- que todavía tenemos que estar los no creyentes bajo sus sandalias (léase mocasines de la Empresa Gammarelli)? ¿Es que no nos van a considerar nunca mayores de edad? ¿Es que hay que "entrar por el aro" de lo que ellos digan, seamos ovejas del rebaño o no? Pienso -luego soy peligroso- que estamos en el siglo XXI, donde la Iglesia debe tener su papel (yo no lo niego) y los seglares, laicos o aconfesionales, el suyo; si el Vaticano o algunos de sus súbditos respetasen la libertad de conciencia(vade retro) serían respetados como una opción más: el que quiera creer, que crea y el que no, déjenlo en paz.

Qué trabajo le está costando a la Iglesia el no poder (al menos, no del todo) seguir mandando sobre las personas, haciéndolas "comulgar con ruedas de molino" a la fuerza, sin tener en cuenta que la conciencia es un don privativo de cada uno, y si no cree, por mucho que le obliguen a arrodillarse al paso de Su Divina Majestad o a ir a Misa todos los domingos y fiestas de guardar, no lograrán que crea; a lo sumo, contarán entre sus "fieles" con un hipócrita más, que lucirá en público medallas (como ahora hacen algunos) y luego, en la intimidad, hará de su capa un sayo.

Si a la Iglesia le interesa más la cantidad que la calidad, menudo ejemplo de cristianismo están dando; Jesús de Nazaret (según "sus" evangelios) no obligaba a nadie a seguirle; antes bien, los desanimaba diciéndoles, por ejemplo que "si quieres seguirme vende todo lo que tienes y repártelo entre los pobres", cosa que sus "representantes en la tierra" no han hecho, hacen ni harán jamás.

 

                            SCARPIA