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¿HASTA CUÁNDO?

¿Hasta cuándo, oh musulmanes, abusaréis de nuestra paciencia? He visto en un Diario local que un profesor de la provincia de Cádiz ha sido denunciado por la madre de un alumno musulmán por "presunto racismo".

Cuando he leído a fondo la noticia me he quedado, como diría don Alfonso Guerra, "pasmao", pues según parece los hechos sucedieron de la siguiente forma: el citado profesor estaba explicando a los 30 alumnos de su aula -que ya son bastantes- los efectos del clima y puso como ejemplo el pueblo de Trevélez, donde el frío ayudaba a la curación de los famosísimos jamones. Al parecer, llegado a este punto un alumno musulmán levantó la mano y le dijo al docente que "nop hablase de jamones delante de él, porque eso ofendía al Islam".

El educador en tonces le respondió que él tenía que dar la clase para 30 alumnos y que tenía que supeditarse a los otros 29 y no al contrario, y "que si no quería oir hablar de jamones, que se hubiese quedado en su tierra", según la denuncia de la buena señora, cosa que a mí me extraña mucho.

El citado profesor se puede enfrentar ahora a una pena pecuniaria aparte de otra judicial (si no lo inhabilitan para ejercer la docencia por "racismo"). En este bendito y patético país, donde se confunde "buenismo" con cobardía, va a llegar un momento en que se nos va a resfriar el culo de tanto bajarnos los pantalones. los que vienen de fuera tienen que tener muy claro que tienen que adaptarse a nuestras leyes, usos y costumbres, sin abandonar por ello su cultura; a este paso nos estamos viendo sin los ricos derivados del noble cerdo y sin nuestros afamados vinos,porque a una minoría -cada vez má creciente- "le molestan".

Desde aquí quiero expresar al citado profesor toda mi solidaridad, como debería hacer el resto de los españoles (menos esos "cantamañanas" de las ONGs que habrán puesto, seguramente, el grito en el cielo). Respeto y tolerancia para con los demás sí; chantajes no.

No qwuiero ni pensar lo que hubiese ocurrido en un país musulmán si a un alumno católico (en el caso hipotético de que lo hubiesen admitido) se le hubiese ocurrido semejante ppostura; lo que menos le podria pasar es que lopusiesen "de patitas" en la calle, sin contar con las represalias hacia su familia.Estoy en contra del racismo y la xenofobia, pero también estoy harto de que seamos "el payaso de las bofetadas". Si se comprueba si la tal buena señora ha mentido al presentar la denuncia, deberían castigarla a abonar las costas a que hubiese lugar; así se lo pensaría mejor para la próxima vez.

Puestos a "no molestar al Islam" derribemos las catedrales e iglesias o convirtámoslas en mezquitas; hagamos desaparecer las imágenes de los templos y quitemos, de paso, la Semana Santa que e mí nimme va ni me viene, pero que mal que les pese a algunos son "nuestras".

  

              SCARPIA

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