EL TIEMPO PONE A CADA UNO EN SU SITIO

Esta semana, en el suplemento XLsemanal del Grupo Vocento, he podido leer la acostumbrada columna de D. Arturo Pérez-Reverte quien sin "pelos en la lengua", como siempre, habla sobre el libro DOY FE, que escribió en su exilio voluntario el que fuera Secretario del Juzgado de Burgos en el año 1936 del pasado siglo, donde se narran las atrocidades cometidas por los falangistas, requetés, militares y "voluntarios" (sin duda pistoleros contratados por los caciques) en una provincia donde, paradójicamente, no se habían quemado iglesias ni conventos, ni asesinado curas o religiosos, ni violado monjas: por el mero hecho de ser Maestro o Alcalde ya tenían "méritos" suficientes para ser asesinados. ¡Si vería atrocidades el autor del libro que, en cuanto pudo, se autoexiló en Francia, desde donde escribió la obra citada!

De poco tiempo a esta parte tanto en la literatura como en algunas cadenas -pocas- de televisión se van desvelando secretos celosamente guardados desde el comienzo de la Guerra Incivil, con el triunfo del golpe de estado en algunas localidades hasta ayer mismo, como quien dice; precisamente el domingo por la noche ví, creo que en la 2, un reportaje sobre "Los espías de Franco" y me quedé, como diría D. Alfonso Guerra, "pasmao", al ver la gran actividad que los "quintacolumnistas" e infiltrados desplegaron en terreno republicano; llegaron, en su osadía, a querer secuestrar un submarino de la República en un puerto francés, hecho que quedó frustrado por el tiroteo que se desató, que puso en alerta a la Policía Portuaria gala, siendo detenidos cuatro espías franquistas y huyendo los demás.

Algún día, alguien de reconocida solvencia y neutralidad debería reescribir la Historia de España entre los años 1931 y 1975, por no ir más lejos, a ver si la Verdad logra abrirse paso entre el cúmulo de mentiras y mitos creados por Franco y sus secuaces.